El PERTE Agroalimentario que llega…
Parece que nos vamos familiarizando con el concepto de PERTE, que representa una fórmula de apoyo bajo la que se aglutinan diferentes instrumentos del PRTR (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia) para apoyar y transformar un sector.
Hasta la fecha se han aprobado 11 PERTES y resuelto uno, el de automoción o PERTE VEC.
En lo que respecta al sector agroalimentario, el pasado mes de febrero el Consejo de ministros aprobó este PERTE sectorial.
Hasta la fecha se han convocado diferentes líneas y convocatorias al amparo de este instrumento, pero es en noviembre cuando se espera la más relevante.
Está concebida como una convocatoria de “cadena de valor y se ha anunciado para la misma una dotación de 400 millones de euros (250 en préstamos y 150 en subvenciones), con los que se pretende incidir en la transformación del sector agroalimentario español.
Se ha anunciado también fondos extraordinarios que podrían sumarse a esta convocatoria hasta alcanzar según ha informado el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo otros 100 millones de euros adicionales.
Pero ¿qué es lo que busca esta convocatoria?, ¿qué tipos de proyectos podrán presentarse? ¿a qué beneficiarios va dirigido?
A falta de conocer la letra pequeña de la convocatoria que verá la luz, parece que de forma inminente, aquí desgranamos alguna de estas claves.
· Para empezar, la convocatoria busca apoyar grandes proyectos cooperativos en los que participen agentes que representen a toda la cadena de valor industrial, y que en conjunto contribuyan sustancialmente a la transformación de la economía española.
Esto determina una primera realidad, que tiene que ver con la estructura concreta que se solicita a los proyectos que concurran en cuanto a participes, territorios implicados, volumen de inversión, participación de pymes o líneas concretas de actuación.
· El presupuesto financiable mínimo de cada proyecto tractor será de 15 millones de euros.
· El periodo elegible de gastos, es decir en el que deberán ejecutarse las inversiones previstas será hasta el 30 de junio de 2025.
· Los beneficiarios deben ser agrupaciones empresariales, sin necesidad de que tengan personalidad jurídica propia, pero deben estar conformadas por al menos seis entidades jurídicas diferenciadas, que se correspondan con al menos dos Comunidades Autónomas y entre las que deberá haber un mínimo de cuatro pymes.
Desde el punto de vista sectorial, las entidades participantes deberán desarrollar su actividad en los siguientes ámbitos:
o Elaboración, producción o transformación de alimentos, o la fabricación de bebidas y la industria del tabaco encuadradas en los CNAE 2009-10,11 y 12
o Calibrado, clasificación, manipulación, transformación, conservación y envasado de productos alimentarios, que pese a implicar una actividad industrial no estén incluidos en los CNAE señalados anteriormente
o Otras actividades que se consideren imprescindibles en los procesos agroalimentarios o que se pueda justificar que formen parte de la cadena de valor de esta industria
Cada agrupación deberá presentar un único proyecto tractor, estructurada en torno a los tres bloques diseñados en el PERTE: competitividad, sostenibilidad y trazabilidad y seguridad alimentaria, dentro del EJE 1 de Fortalecimiento industrial del sector agroalimentario.
A su vez, el proyecto tractor se podrá componer de diferentes proyectos primarios que estarán enmarcados en dos líneas de actuación principales: investigación, desarrollo e innovación e innovación en sostenibilidad y eficiencia energética.
La complejidad de conformar estas alianzas, así como el estrecho marco temporal que suele ir asociado a estas convocatorias, aconseja anticiparse y planificar los trabajos para no perder oportunidades.
El momento de transformación que vive el sector, unido a las incertidumbres y tensiones del contexto geopolítico internacional que, como a otros sectores, están afectando de forma particular al sector agroalimentario, hace que sea imprescindible contar con estos instrumentos para mejorar la competitividad y oportunidades de un sector que representa por peso a uno de los de mayor contribución al PIB de nuestro país y que se basa en unos recursos y capacidades estrechamente vinculados a la riqueza de nuestra tierra y su medio rural.